viernes, febrero 24, 2006

LA LENGUA NO ES DE TRAPO

Desechos deshechos

JUAN MENDIETA

Lejos de encaminarse hacia una solución razonable, el diferendo con Argentina por las plantas de celulosa se va convirtiendo en una amenaza a la proverbial fraternidad entre ambas naciones.

Sin embargo, surgen voces de allende el río que tratan de aportar una cuota de sensatez al conflicto. Es el caso de la Fundación Argentina de Ecología Científica, cuyo presidente no vacila en atribuir motivaciones extra ambientales a la postura argentina encabezada por el gobernador Busti.

Sostiene este ecologista que "si se tratan correctamente los deshechos de las papeleras, no habrá mayores problemas de contaminación", según nota aparecida en el diario Puntal de la ciudad de Río Cuarto, Córdoba.

El error ortográfico apuntado se deriva de la confusión entre dos homófonos, fenómeno bastante habitual en cualquier idioma. Deshechos y desechos suenan exactamente igual al oído de cualquier hispanohablante, pero la presencia o no de una hache después de la ese y antes de la e varía totalmente el significado del vocablo. Deshecho es el participio pasivo del verbo deshacer y también funciona como adjetivo: Las frutas han sido deshechas por el granizo; Parecía deshecho de fatiga. Recordemos que el verbo deshacer se deriva de hacer y resulta su antónimo; y como el participio de hacer es hecho, el de deshacer es deshecho.

En cambio, desecho es un sustantivo que significa residuo, entre otras acepciones, y proviene del verbo desechar que significa desestimar, expeler, arrojar, y cuyo participio es desechado.

A la hora de escribir uno u otro de ambos vocablos, y en caso de duda, buena cosa es detenerse a pensar si hay algún vínculo con hacer, en cuyo caso escribiremos la hache, o si, por el contrario, el referente es desechar y omitiremos la hache.

Esta letra muda es motivo de frecuentes dudas y errores y no hay más remedio que apelar a la etimología para disipar las dudas y eliminar errores.

La ortografía castellana ha evolucionado pero mantiene algunos caprichos. Lo curioso es que una buena cantidad de palabras del español en las que actualmente aparece una hache, antiguamente había una efe. Ocurre que en algún momento de la evolución de nuestra lengua, la efe inicial se trocó por hache (de fierro tenemos hierro; de farina, harina; de ferir, herir, etcétera), y es así que Alonso Quijano se proponía "desfazer entuertos". Esa efe se mantiene en francés e italiano: la voz castellana hijo se corresponde a fils y figlio respectivamente.

Si hubiéramos mantenido la forma arcaica, nadie cometería el error de ortografía apuntado hoy pues diríamos en vez de deshecho y deshacer desfecho y desfacer.

--Ta clarito, Mendieta. Ahora vamos a tomarnos una caña con hernet.

--¿Con qué?

--Con hernet... ¿No era que la hache se convierte en efe?