jueves, marzo 30, 2006

La lengua no es de trapo
Aún hay dudas

JUAN MENDIETA

Hace unos días, un compañero de tareas me confesó las tribulaciones de que era presa cuando debía escribir la palabra aun, pues aún no había internalizado cuándo debía escribirla con tilde y cuándo no.

--Che, Mendieta --me imploró casi al borde del llanto-- cada vez que me enfrento con aun, me asaltan dudas que ni Hamlet; me han explicado mil veces el asunto pero no hay caso: sigo sin saber si debo poner el acento o no.

--Bueno, en realidad, las dudas hamletianas eran un poco menos baladíes que la tuya, así que no vengas a hacerte el profundo conmigo y dejá la calavera en el cajón. Después de la explicación que voy a darte, te prohíbo que vuelvas a consultarme. ¿Ta claro?

Ahí voy.

Estamos ante un caso de los tantos en que el acento gráfico no responde a la acentuación fónica, es decir que no hace variar la pronunciación del vocablo en cuestión; sirve simplemente para marcar las diferentes funciones gramaticales que cumple la palabra. Es lo que ocurre con el y él: sin tilde es el artículo masculino y con tilde es un pronombre: el bizcocho que sobró es para él.

Pues bien, los gramáticos castellanos nos dicen que la palabreja aun (adverbio de tiempo y de modo) debe escribirse con tilde cuando es posible sustituirla por todavía sin alterar el sentido de la frase. En cambio, no la escribiremos con tilde cuando tiene el significado de hasta, también, incluso, etcétera.

Veamos algunos ejemplos: No ha llegado aún; Aún estoy trabajando. En estos casos, funciona como adverbio de tiempo con el significado de todavía, esto es "hasta un momento determinado desde tiempo anterior".

Por el contrario, escribiremos: Es posible ir a la playa aun en invierno; Trabaja aun de noche, oraciones en las que aun no es remplazable por todavía sino por hasta o incluso.

--Aún es tiempo de tomarnos otra, Mendieta, porque yo, trabajar, no trabajo mucho pero chupar, chupo aun de noche.

--¡Qué lo parió! *